Descripción

La hacienda perteneció a la nobleza otomí. Su espacio arquitectónico presume una serie de columnas toscanas de cantera del siglo XX, habitaciones, una capilla, unos murales de la autoría de Ernesto Icaza. Esta Hacienda data de principios del siglo XVIII y en sus inicios perteneció al clero, posteriormente en 1840 por decreto presidencial se tuvo que poner a la venta. La misma se dedicaba al cultivo de trigo y maíz. A finales del siglo XIX, fue adquirida por Don Macario Pérez, padre de Sara, esposa del revolucionario y posterior Presidente de la República, Don Francisco I. Madero.

Ubicación