Descripción
Construido por la Orden de San Agustín a partir de 1539, el complejo arquitectónico luce por su fachada, considerada por los especialistas en historia del arte como la joya del plateresco en América. También se caracteriza por su pintura mural, que es de las más tempranas en ejecutarse en América Latina. En 1960 se hicieron trabajos de restauración de las pinturas murales de la capilla abierta, del claustro chico y del claustro grande. Entre 1992 y 1993 se remodeló el refectorio y en 1995 se intervino el inmueble. Una nueva etapa de mantenimiento y adecuación de los espacios dio inicio a partir de abril de 2012. Hoy día, el museo se encuentra abierto al público.