Descripción

El Museo de El Carmen está dedicado a la divulgación del patrimonio material e inmaterial de nuestro inmueble y colecciones, que formaron parte del Antiguo Colegio de San Ángel de la Orden de los Carmelitas Descalzos, fundado a inicios del siglo XVII, y con declaratoria presidencial de Zona de Monumentos Históricos de 1987. También coadyuvamos a la divulgación del patrimonio intangible de nuestra comunidad circundante según el Decreto del Gobierno de la Ciudad de México del 2010, en relación a las fiestas tradicionales del Antiguo Colegio con los barrios vecinos. Son ya más de nueve décadas de atender a la población de la comunidad aledaña, principalmente de los barrios de San Ángel, Tizapán, Chimalistac, Tlacopac, Guadalupe Inn, San Angel Inn, Copilco antigua cantera del Colegio y el sur de la Ciudad de México./p> p>Protegemos lo que queda del antiguo Colegio Carmelita, que es en sí un tesoro novohispano del siglo XVII. Joya indiscutible de la expresión arquitectónica designada como manierista, el edificio que trazó y dirigió el lego fray Andrés de San Miguel entre 1614 y 1636 es acreedor de nuestra mayor atención y ponderación. A pesar de las mermas que otros tiempos le acarrearon, el antiguo colegio de religiosos conserva casi íntegro su partido, sus espacios soberbios, sus rasgos distintivos, sus valores estéticos, funcionales y sociales. Deambular por nuestros pasillos es un disfrute por la belleza de las proporciones, de nuestras bóvedas, la vista de las magníficas cúpulas del templo desde nuestros claustros y patios, la tranquilidad y belleza de nuestro jardín… en fin, un sitio diseñado para la paz y la serenidad. Este espacio privilegiado convive con pinturas magníficas, como las de Cristóbal de Villalpando de la Sacristía, Los Desposorios de la Virgen, Santa Teresa Peregrina de Juan Correa y El Cristo de Hinojos de Luis Juárez. Obras de carácter popular excepcional como la Virgen del Carmen de loza estannífera, que estuvo colocada en la famosa perería del ex Convento, o el Cristo de Mexicaltzingo, elaborado en pasta de caña. Además, es único por tener en exhibición, desde 1916, doce cuerpos momificados que la comunidad defendió estuviesen en exposición por su importancia. Las momias se encuentran en excelente estado de conservación dentro de la bella cripta del museo. Desde 1939 dependemos del Instituto Nacional de Antropología e Historia quien se ha encargado de conservar, investigar, y divulgar el patrimonio cultural que incluye nuestro edificio y sus jardines, nuestras pinturas y mantener viva una relación contigo, nuestra comunidad, a través de exposiciones, y actividades que nos vinculan como: conciertos, obras de teatro, danza, presentaciones de libros, conferencias, encuentros, Noches de Museos, visitas guiadas, cine club, etc. Sobre sus orígenes, en 1595 el cacique indígena de Coyoacán, Felipe de Guzmán Itztlolinque, cedió a los carmelitas de México la tercera parte de una huerta que poseía en Chimalistac, donde hoy se erigió este Ex Convento. El Convento y colegio de San Ángel fue edificado para albergar la orden masculina de frailes Carmelitas Descalzos en 1615. Los habitantes del inmueble practicaban una forma de vida basada en una regla que establecía practicar: la pobreza, castidad, silencio, meditación, oración, trabajo, estudio, entre otros; esto para tener una vida alejada del mundo terrenal. El inmueble era como una ciudad pequeña que albergaba espacios arquitectónicos adecuados para satisfacer las necesidades básicas de los carmelitas como: celdas, cocina, humilde oficio (baño), enfermería, acueducto y barbería. Contaba con lugares para incitar la meditación y contemplación como el claustro, la Capilla doméstica y la Sacristía. El lugar por excelencia para el ocio y trabajo fue la huerta que se extendía a espaldas del colegio, y que ocupaba buena parte de la actual colonia Chimalistac. Fue destinada a la plantación de árboles frutales, los que con el tiempo proporcionaron ingresos suficientes al colegio para subsistir y ayudar a otras fundaciones de la provincia. Tanto las peras, manzanas, las flores y hortalizas que se sembraron en las tierras irrigadas por el río Magdalena, hicieron acreedor de una merecida fama a San Ángel como lugar placentero y saludable, propio para veranear y convalecer. Las celebraciones que hasta la fecha se realizan en este barrio de la ciudad encuentran sus raíces en la labor secular de carmelitas y vecinos. El diseño y las obras estuvieron a cargo de Andrés de Segura de la Acuña, quien llegó a la Nueva España en un tortuoso viaje trasatlántico que puso en peligro su vida, fue entonces cuando le prometió a la Virgen del Carmen profesar como fraile carmelita si le salvaba la vida. Una vez a salvo y en cumplimiento a este juramento se cambió el nombre por Fray Andrés de San Miguel, el navegante se instruyó como arquitecto de la orden del Carmen dirigiendo la edificación de varios conventos en diferentes estados del país, entre ellos el afamado Desierto de los Leones y el ex convento de San Ángel, hoy Museo de El Carmen.

Ubicación